Carta al Dinero, amistad y relaciones 50/50
Querido Dinero, no sé si te gusta que te hablen en femenino o en masculino, más allá del lenguaje, no conozco tu identidad genérica. Quizás eres neutro. Pero me da que tú eres todo.
Creo que te expandes como Júpiter (principio expansor en astrología) y te mueves como Venus (principio de disfrute, deseo, sensibilidad y abundancia) y cortas tela como Saturno (principio de autoridad, maestría, “el padre”).
No sé qué eres pero quiero ser tu amiga.
No busco ser tu amante, aunque he leído que hay que tratar la energía del dinero como a un amante, pero es que yo no te siento así. Para mí eres mucho más. Normalmente se relaciona el ser amiga de alguien con el concepto de incompleto. “Ser SOLO amigos”. Como si ser amigos fuera menos que ser pareja de alguien. No creo que haya ranking de relaciones. Creo que en todo caso hay intensidad de sentimientos, proyectos en común de distinta índole y necesidades que se resuelven según en el tipo de relación.
¿Qué es ser amiga de alguien?
He pensado en esto menos de lo que me gustaría. Pero he llegado a la conclusión de que ser amiga es ser acompañante.
Por otro lado me pregunto, ¿deben acompañarse de la misma forma dos seres para poder ser amigos? ¿O cada uno puede mantener acciones y posiciones distintas en la relación? La Luna es amiga de la Tierra, la Tierra es amiga del Sol. ¿Es amiga la Tierra de la Luna?
Me pregunto si para que la amistad suceda las dos partes deben comportarse de igual forma. O no. Quizás no hace falta que la Tierra gire en torno a la Luna para ser amigas. Quizás la Tierra le da a la Luna exactamente lo que necesita. Y desde nuestros ojos juzgosos vemos un ser girando en torno a otro ser, pero ¿y si la reciprocidad de la amistad y del amor no reside en la equidad de las acciones? ¿Y si no entendemos el 50/50 en las relaciones?
Ahora está de moda criticar las relaciones 50/50. Y lo entiendo pero quiero subir la apuesta. No creo que exista la forma de pagar a medias en la Vida. Una cena puedes pagarla a pachas, pero no la Vida.
Acompañar a alguien, es estar ahí. Es ir junto a alguien. Creo que el 50/50 solo puede suceder cuando acompaño a alguien y entrego mi ser, sea lo que sea que tenga aquí y ahora, buscando compartir mi presencia. Acompañar es tener en el campo de visión al otro, y VERLO. No tratar de que encaje en lo que yo quiero, si no dejar que su Vida impresione la mía. Y permitir que la mía deje impresione la suya. Impresionar, no es más que dejar marca, huella, en el otro.
Pero hay un último punto que determina si este acompañamiento da lugar a una amistad o no: buscar el bien común. Saberse equipo. La presencia tiene entonces un matiz amable que dota a la impresión que se dejamos en la Vida del otro sea hermosa. Y es hermosa, porque la decisión que me lleva allí no busca exclusivamente mi bien, ni complacer al otro, sino un bien mayor que nos trasciende como individuos y nos une como grupo. Y qué es un grupo sino un uno formado de partes.
El 50/50 solo sucede cuando dos dan todo por el uno final sin separarse en el dos inicial. ¿Es pues un 50/50? ¿O es un 100/100?
Dinero, yo quiero ser tu amiga, ¿eso significa que debo entregarme al nosotros y sentirnos una única cosa? Algo dentro de mí dice ¿y si ya somos amigos? Bueno, creo que somos conocidos, a veces hemos sido un poco amantes, pero nada se sostiene sin la amistad. Por eso me choca cuando escucho la palabra “solo” delante de “amigos”. Porque creo que sin amigos no se puede ser nada. Creo que es como decir estar “solo vivo”. No cariño, o estás vivo o no hay experiencia. O estás vivo o no existes. No es estar “solo” algo. Es que sin ese algo no eres nada. Cuando eres amante y no eres amigo sucede que eres una flor arrancada. No hay raíz, no hay vida. No hay proyección. Creo que la amistad abarca todo, y yo quiero abarcarlo todo contigo Dinero. Las actitudes que tengamos después el uno con el otro dependerá de nuestra química y necesidades. Pero sobre todo dependerá de lo que pactemos consciente o incoscientemente.
Y yo creo que mi clan ha hecho un pacto contigo que quiero cambiar. Querido Dinero, creo que una amistad comienza por conocer nuestra historia, así que fui a tu casa y le pedí a tu mamá que sacara el álbum de fotos antiguas. Lo sacó después de enseñarme todas las fotos que guarda de ti bajo el cristal de la mesa. Muy bonito el mantel de crochet sobre el que están colocadas, por cierto.
Me contó que tu nombre es la voz patrimonial del latín denarius que significa “moneda de plata que había valido diez ases”, deriva de deni, “cada diez” y este a su vez de decem “diez”. Diez. X en números romanos.
Me sorprende que tu madre te pusiera este nombre, porque ¿sabes? la letra X deriva de la decimoquinta letra del alfabeto proto-sinaítico, samekh, que significa “soporte”.
¡SOPORTE! Qué buen nombre te puso, mis dieces.
Quizás se apareciera un ángel a tu madre antes de nacer y le contaría que ibas a ser soporte para los seres humanos.
Entiendo tu naturaleza mejor ahora. Entregas soporte en tu presencia.
Soporte. ¿Qué es el soporte? El soporte sostiene. Sostiene la tierra al árbol. Sostiene el tallo a la flor. Sostiene una madre a su hijo. Sostiene un padre a la familia. Sostiene el suelo tus pies. Sostiene mi amor tu llanto. Sostiene mi mano la tuya.
Sostener es aplicar fuerza de manera vertical y ascendente, para que lo que se encuentra sobre esta fuerza pueda utilizar toda su fuerza para latir y no para evitar caer.
Dinero le da sostén a nuestra existencia. Dinero es una energía potenciadora porque nos toma desde abajo y nos permite latir en paz. Pero esto es una amistad, ¿qué le doy yo a Dinero?
Me descubro preguntándome qué doy yo a Didi, a Mery o a Helem. Me pregunto qué sienten Clara y Cristina que les doy. Me pregunto qué cree Kike que le entrego. Me pregunto qué estoy dando a mis padres.
¿Qué le da un árbol a la tierra?
Los árboles producen oxígeno, purifican el aire, forman suelos fértiles, evitan la erosión, reducen la temperatura del suelo, es refugio para la fauna y regeneran sus nutrientes entre otros. Pero esto no se ve. Se ve obviamente cómo el suelo sostiene al árbol. Se ve obviamente cómo la Luna gira en torno a la Tierra. Pero se nos olvida cómo la Luna rige los ciclos de todo en la Tierra. El 50/50 no funciona cuando nos olvidamos de la acción sutil. De lo que solo ve quien mira en lo chiquito, en lo escondido.
¿Qué le doy yo a Dinero?
Vida. Yo le doy Vida.
Y él, me sostiene.
Querido Dinero, a partir de ahora seré un árbol con su suelo. Airearé los pactos económicos que mi familia me entregó, regeneraré las creencias que tengo sobre ti, y aprenderé a cuidarte, para que no te lleve el viento a otro lugar. En su lugar te daré forma y crearé hogar para muchos seres.
Gracias querido Dinero, por enseñarme sobre la amistad, las sinergias y los ciclos. Gracias por guiarme a progresar como ser humano.
Te abrazo,
Rosa.